domingo, 1 de junio de 2008

Los del Gobierno son verdaderos bandidos

"Los del Gobierno son verdaderos bandidos" - dijo Raul Victore.

Copio y pego nota de Critica Digital


Andrés Fidanza, desde San Pedro
01.06.2008

Los Victores. Padre e hijo, a la vera de la ruta 9, donde fueron detenidos.
Los “Victores” les dicen en San Pedro a Raúl y Rufino Victore, padre e hijo, productores ganaderos ambos de una isla de 400 hectáreas en el río Paraná. Raúl es presidente de la Sociedad Rural local y Rufino, socio, por ahora. “Se llevaron a los Victores”, se dijo acá la tarde del viernes en que los detuvo la prefectura junto a otros seis ruralistas. “Fue por orden del Gobierno”, dicen ellos y aclaran que “si fue para amedrentar, les salió muy mal y les saldrá peor”.

–¿Qué pasó?

Raúl: –Estábamos a la vera de la ruta 9, panfleteando, agitando banderas. Empezamos a caminar para la Shell a tomar un café y de repente bajaron los de Prefectura como locos. Nosotros éramos 30 y ellos unos 500. Nos agarraron y a algunos nos dieron patadas, una paliza terrible.

Rufino: –Llamó la atención lo agresivos que estaban. Nos insultaban: “Hijo de puta, te voy a matar, forro”, me dijo uno.

–¿Después qué pasó?

Raúl: –Viajamos unos 10 kilómetros en la camioneta de Prefectura. Ahí, nos hicieron bajar y nos leyeron los derechos. Hasta entonces no sabíamos qué pasaba. Nos acordamos de otra época que el Gobierno critica tanto.

–¿Los buscaron a ustedes?

Raúl: –No sé. Sí creo que el piquete de San Pedro es un símbolo. Si no es imposible entender que haya tantas fuerzas de seguridad. Nosotros somos 80, 100 o 150 al costado de la ruta; y de ellos hay 500 o 600 efectivos, carros hidrantes, camiones antidisturbios, unidades de terapia intensiva, cocina y un colectivo con un radar. Es desproporcionado. Este Gobierno se llena la boca hablando de derechos humanos y tienen fuerzas de seguridad para castigar al pueblo. Es indecente. Si liberaron Plaza de Mayo para que las patotas le pegaran a la gente, uno empieza a pensar cualquier cosa. Son unos verdaderos bandidos.

–¿De qué los acusaron?

Rufino: –Teóricamente, de prender fuego en la gramilla. Pero el fuego estaba a mil metros de donde estábamos nosotros. Fue celosamente cuidado por la Prefectura.

–¿Algún chacarero pudo haber empezado el fuego?

Raúl: –Qué va a prender; los chacareros estaban a mil metros. Los de Prefectura estaban muy cerca, en cambio. Pero yo no los vi.

–¿Cómo era hasta el viernes la relación de ustedes con Prefectura?

Raúl: –Perfecta, habíamos acordado muchas cuestiones. Cuando controlamos camiones, ellos ayudaban a parar y que no se cortara el tráfico. De buenas a primeras les cambiaron las órdenes. Acá, el único responsable es el Gobierno; el Ministerio del Interior y de Justicia; ellos manejan todo. Quieren tapar el sol con la mano.

–¿No mejoró la situación del campo en este último tiempo?

Rufino: –No. En ganadería estamos totalmente destruidos. En agricultura también: vendemos con un dólar a 1,80 pesos y compramos insumos con otro a 3,15, con una inflación del 300 por ciento. Y no hubo una sola política del Gobierno para ayudar al sector agrícola. La mejoría responde al precio internacional. Eso es así. Acá hay muchos productores que están dispuestos a juntarse y darle, en alquiler, casi 20 mil hectáreas al Gobierno. Que vengan y nos demuestren cómo pueden trabajar con todas los contingencias que hay. A ver si ganan como dicen que ganamos.

La voz de los otros detenidos

Alberto Batalla
(Productor, 50 años, vocal de la Sociedad Rural)

“Fue un atropello tan grande. Nunca pensé que en pleno 2008 iba a vivir esto. Mi juventud la pasé en los 70 y nunca viví nada así. Es la primera vez que estuve incomunicado en 50 años”, dice este productor agrícola-ganadero, dueño de 300 hectáreas. Batalla, padre de tres mujeres y un varón, se queja de los grandes pools de siembra. “Nos están matando.”

“La tarde de la detención –recuerda– me di vuelta para pedir que no golpearan a Morrere y me agarraron a mí. Me torcieron la muñeca y yo ni me resistí. Ellos eran más de 300 y nosotros 30.”

Fernando Morrere
(Productor, 30 años)

Tiene 600 hectáreas en las que cosecha soja, maíz y trigo. La tarde de la detención estaba con su hermano y su papá, Juan, de 65 años. “De repente, apresan a mi papá, que tiene problemas de presión, cardíacos. Les pedí a los de Prefectura que me lleven a mí en vez de él. No aceptaron; con mi hermano tiramos la moneda y perdí yo.

Pedí que me detuvieran así lo acompañaba”, recuerda. Le llamó la atención que tras ser detenidos “se pusieron cordiales, amables, cambiaron de golpe”.

Juan Carlos Kissling
(Productor, 65 años)

Comparte 40 hectáreas con su hermano y tiene otras 100 para él, en las que cosecha maíz, trigo y soja. “Tomaba mates con unos camioneros que pararon. Aparecieron los de Prefectura, golpearon a Juan Morreres y a mí me agarraron, todavía no sé por qué”. Dice Kissling que la detención le dio “más fuerza para seguir luchando”. Cree que las retenciones les quitaron rentabilidad a los pequeños y medianos productores. “Nos pasamos a la soja porque
las vacas no dan plata”, dice.

Reynaldo Bianchini
(Productor, 69 años)

Tiene 100 hectáreas en las que cosecha batata, soja y durazno. Es sampedrino de toda la vida y dice que “desde los 90 la producción viene mal. Ahora las cosas mejoraron, pero yo sigo con deudas. El tema no son sólo las retenciones”. Sobre su detención, “fue una cosa de locos; se nos vinieron como 300 de Prefectura encima; por favor, a la edad que tiene uno”. ¿Motivos de la detención? “Los medios dijeron que fue el fuego. ¿Qué p

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