La idea de que el poder electo es ilimitado y que los ciudadanos, aún siendo la menor de las minorías que es el individuo, no tienen derecho a oponerse a que se violen sus derechos, sin entender que esa oposición no significa competir, ni estar obligado a competir por el poder, no tiene nada que ver con nuestras instituciones.
La constitución, señora, no es un instrumento para convalidar al poder, sino para limitarlo. Están hechas en favor de las personas, de los individuos.
Acabamos de oir otro discurso totalitario hecho en nombre de la Constitución, marcando a un grupo de personas para convertirlas en sujetos repudiables.
La constitución, señora, no es un instrumento para convalidar al poder, sino para limitarlo. Están hechas en favor de las personas, de los individuos.
Acabamos de oir otro discurso totalitario hecho en nombre de la Constitución, marcando a un grupo de personas para convertirlas en sujetos repudiables.
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